27 ene 2014

¿A dónde vas, Nintendo?

Esta vez voy a citar textualmente todo un artículo escrito por un moderador de la web GameSpek, que me resultó sumamente interesante y a su vez me hizo sentir mal por el futuro de la compañía de videojuegos que más me identificó en mi vida.

Nota original de la web GameSpek.









En el día de ayer, 17 de enero de 2014, Satoru Iwata por fin hincó la rodilla y reconoció (no con estas palabras, claro) que las predicciones de ventas de Nintendo hasta la fecha eran pura ciencia-ficción, y no solo no se cumplirán, sino que se impone un fortísimo recorte en las mismas: de 9 millones de Wii U a 2,8, y de 18 millones de 3DS a 13 para este año fiscal. Un golpe muy duro a las expectativas de la compañía, y todo ello sin mencionar las pérdidas que en Kyoto han de afrontar: se anotarán 177 millones de € con el bolígrafo rojo cuando llegue el mes de abril. Y eso contando con que se alcancen las pírricas cifras ahora previstas.

La noticia propició que se montase un pequeño gabinete de crisis e Iwata salió presto a dar explicaciones. El directivo japonés ha admitido que no han sabido leer la dirección del mercado y que se necesitan cambios; un discurso que, por desgracia, ya nos empieza a oler un poco a quemado de las veces que se lo hemos oído. Además confirmó que no piensa dimitir, pese a ser el máximo responsable de la situación. Los inversores de Nintendo y elBoard of Directors guardan silencio, manteniendo el hermetismo característico de las empresas niponas en estas cuestiones, pero resulta difícil de creer que no hay actividad entre bambalinas y análisis de la situación más radicales que los que nos ofrece el hombre del "Please, understand".

Por supuesto los analistas del sector no han tardado en oler la sangre, y personajes tan conocidos como Michael Pachter ya le piden sin reparo alguno a Nintendo que desarrolle para PS4 y Xbox One mientras preparan la siguiente consola. Ni qué decir tiene que una situación así es tan impensable ahora como lo era hace 5 años. Pero está claro que, en Kyoto, algo se empieza a mover

Wii U, fracaso sin paliativos

Pese a que las navidades le han aportado un muy necesario balón de oxígeno gracias al efecto Super Mario 3D World, al Black Friday y a la venta de los jugosos packs que Nintendo ha preparado, ya se puede decir sin tapujos que Wii U es un fracaso; una ballena encallada en el hielo con nulo margen de movimiento o escapatoria, con el que Nintendo va a tener que apechugar un par de años más, como mínimo. Aunque sus pensamientos ya estén en otro sitio.

Y es que pese a que la consola ha remontado durante unas semanas en Japón, sus ventas en Estados Unidos han sido decepcionantes para los meses de noviembre y diciembre, con cifras inferiores a las que hizo Game Cube en su día en el mismo período, y emparejándose peligrosamente con otro batacazo como fue Dreamcast. Y todo ello pese a los jugosos descuentos que las más grandes tiendas americanas ofrecieron. De Europa no tenemos números, pero después de que la compañía incurriera en cifras negativas en los últimos meses (las tiendas han devuelto consolas al proveedor), no resulta difícil suponer que su actuación no ha sido más brillante que en el Nuevo Mundo.
Ya no queda prácticamente nadie que crea en la remontada de Wii U. Mario Kart 8 y Smash Bros llegarán demasiado tarde, y pese a que la consola cuenta ya con varias obras maestras, no han servido de nada. La excusa de la desaceleración del mercado consolero, muy invocada, no es válida ante el éxito arrasador de PS4 y Xbox One, que la han superado en apenas dos meses.

Lo peor de la situación es que el margen de maniobra para corregir la situación es inexistente. Según sabemos, la compañía ya vendía la consola a pérdida (algo inédito para Nintendo antes de Wii U) con su precio original de 350€, necesitando de un juego para recuperar los costes; y tras la primera bajada de precio es de suponer que pierden aún más. Otra rebaja de precio oficial más agresiva parece descartada, ya que en ese supuesto Nintendo sangraría dinero de un modo bastante serio y de hecho las pérdidas anunciadas para este ejercicio fiscal se explican en parte por la rebaja de precio ya acontecida. Lo que las tiendas hagan, ya sea en forma de liquidaciones (algo que en determinados países de Europa lleva tiempo sucediendo), es cosa suya.

Igualmente el apoyo de las compañías se ha secado. Watch_Dogs será muy probablemente el último juego de gran perfil de la máquina por parte de una licenciataria, y es que hasta la paciencia de la siempre leal Ubisoft (que se forró con Wii y Just Dance) se ha agotado. Si 2013 fue un año duro para los poseedores de la consola, solventado en parte por el segundo semestre, 2014 se presenta aún más oscuro, con duros períodos de sequía entre juego y juego de Nintendo. Ni hay, ni se los espera, anuncios de otros empresas.

Nada de esto sucede por generación espontánea, claro, y el tétrico panorama de la consola se explica por una concepción y gestación de la máquina que el tiempo ha demostrado totalmente equivocadas. Durante los últimos meses la red se ha llenado de historias de desarrolladores anónimos que ya eran escépticos desde el principio acerca de las posibilidades y la visión de la máquina en un mercado muy distinto al que conquistó Wii en 2006.

Está claro que uno puede extraer muchos defectos de lo que ha resultado ser el producto final, como una arquitectura muy descompensada, con una CPU tan débil que mutila la gran ventaja que la GPU ofrece sobre PS3 y Xbox 360, unos niveles de ruido superiores a los de PS4 o Xbox One (gracias al furibundo lector), la escasísima duración de la batería del mando...pero en esta cuestión estoy de acuerdo con Iwata y Nintendo, los cuáles sostienen que las carencias técnicas de una máquina no son demasiado relevantes para el consumidor si el producto posee un software a la altura...pero se les ha olvidado que el usuario no demanda ya únicamente juegos, y este es su gran problema, porque Iwata y compañía se han quedado dormidos en la burbuja del éxito de Wii, una burbuja que el tiempo ha pinchado con suma facilidad.

Wii, espada de doble filo
Mientras Wii arrasaba y flanqueaba la marcha triunfal de DS, Iwata, Miyamoto y compañía disfrutaban del momento. La famosa imagen viral de "It prints money" resume perfectamente esta época. El abrazo de Nintendo con los jugadores ocasionales parecía no tener fin. La compañía se cubría de gloria con joyas como Super Mario Galaxy, y disfrutaba de las ventas récord de juegos como Mario Kart Wii (más de 30 millones de copias).

Pero, mientras en Nintendo corría el champagne, algunos empezaban a ver nubarrones para el futuro. A medida que la rápida adopción de los televisores de alta definición sacó a relucir las vergüenzas de Wii, los smartphones comenzaron a asomar la cabeza. La introducción del juego online en masa en los hogares por parte de Xbox 360 primero y PS3 después también cogió a los de Kyoto del revés.

Toda esta controversia del juego online en la industria es engañosa. Los empresarios de la red han hecho que parezca que las compañías no pueden sobrevivir en el negocio sin compatibilidad con la red. Es el mismo tipo de retórica utilizado con el negocio de la prensa, que el negocio de la prensa estará muerto en 3 años.

Satoru Iwata
Ya allá por 2009 o 2010 Michael Pachter apostaba por el lanzamiento casi inmediato de una Wii HD que solucionase estos problemas. Pero Pachter (más allá de lo que uno pueda pensar de él) no conocía la lentísima forma de trabajar que se gastan en Kyoto: una compañía que no desechó los cartuchos cuando ya eran obsoletos y que 17 años después de Ultima Online no tiene una infraestructura online potente no es lo que se dice una compañía que se adapte rápido a los cambios.

Y mientras en Kyoto dormían felices con Wii, Square-Enix, Capcom y otras muchas sudaban la gota gorda con los rigores del desarrollo de juegos en alta definición. Pero aprendían. Y sigilosamente, Apple primero y Google después le metieron un zarpazo al público que compró Wii y DS en masa.

Y es que los smartphones primero y los tablet después han supuesto la primera gran revolución del siglo XXI, como antes lo fue la adopción masiva de Internet en los hogares. Negarlo es no ver la realidad. Es verdad que allá por 2006 estas cosas eran difíciles de predecir (el iPhone se lanzó en 2007) pero 1.000 millones de terminales Android en funcionamiento hablan por sí solos. Nintendo siempre ha mantenido una actitud altanera con este tipo de competencia: Yamauchi directamente se hubiera partido de la risa de haberle dicho que algún día la gente preferiría los teléfonos a sus portátiles para jugar, e Iwata, sin reírse, también los despreciaba: en 2003 creía que sus problemas de batería y control les impediría triunfar de forma masiva como sistemas de juego.

Para cualquier jugador avezado resulta obvio que los mejores juegos de móvil no pueden competir con los de 3DS en cuánto a calidad; sin embargo Iwata no predijo que éstos no serían eternamente aquellos ridículos pasatiempos en blanco y negro que podíamos disfrutar durante los primeros tiempos. Lo que hoy en día ofrecen Android e iOS es suficiente para la mayoría de la gente. El muy inferior precio (1€ vs 40€) en los juegos, la constante renovación de dispositivos (con lo que Nintendo no puede competir) y las casi infinitas posibilidades de un smartphone han echado el resto. Las compañías que se forran con el modelo Free 2 Play es lo que le faltaba a Nintendo para perder apoyos en el segmento portátil: casi ninguna compañía occidental trabaja en 3DS o PS Vita.



Satoru Iwata es el máximo responsable del fracaso de Wii U. Pero también lo es del grandioso éxito de Wii y DS. Se trata de un hombre que bajo su aspecto amable y simpático esconde el carácter implacable que necesita todo CEO de una gran empresa y, pese a todo, parece seguir siendo la persona más indicada para darle la vuelta a la situación, visto que el resto de jefazos de la compañía (todos de la época de Yamauchi) son aún más conservadores que él.

En suma, el público que Nintendo ganó con DS y Wii se ha ido para no volver más. Y al público más devoto y esforzado no le vale con una consola que hace lo mismo (o menos, vistas las carencias del online) que Xbox 360 hacía casi 9 años (¡cómo pasa el tiempo!) antes. Lanzar una consola que no tuvo en cuenta todas estas cuestiones y que se vio acompañada de conversiones de juegos viejos en su salida fue un error de juicio gravísimo del que se arrepentirán durante mucho tiempo, y ello sin contar con las dificultades (reconocidas por ellos mismos) de desarrollar títulos que requieren mayores gastos de producción, o la excesiva dependencia de Mario.

3DS está a salvo...el futuro en portátiles, no tanto

Las cifras pueden resultar engañosas. Pese a que 3DS goza de buena salud y vivirá cómoda hasta el final de sus días, no va a batir ningún récord de ventas y su sucesora se enfrenta a enormes desafíos. 3DS se mueve en cifras similares a las de PSP (algo superiores), consola que según muchos idiotas fue un fracaso con 75 millones de unidades vendidas. Sony se ha visto expulsada del mercado portátil ante el fracaso de PS Vita, con lo cual, es razonable pensar que en los próximos años solo Nintendo lanzará nuevo hardware dedicado.

Las cosas no pintan bien, y ya no solo por aquel peligroso amago inicial en 2011 donde la consola no terminaba de despegar. El mercado portátil se ha contraído tanto que ni un portentoso chorro de juegos han valido para llevar a 3DS mucho más allá de PSP. Juegos, por cierto, desarrollados casi en exclusiva por Nintendo y sus geniales estudios internos. Compañías como Capcom o Konami lanzaron títulos de gran perfil al principio de la vida de la máquina; ninguno cumplió con las expectativas de ventas, y no parece que vayan a repetir. Los estudios occidentales, por su parte, ya hace mucho que abandonaron el barco, lo que ha contribuido a disminuir significativamente la variedad de géneros en el catálogo. Muchas compañías acusan a Nintendo de que solo los juegos de ésta venden bien en sus sistemas. Sea cierto o no, es un reproche que se puede escuchar muchas veces en las reuniones entre directivos.

Me han dicho que Sony triunfó sobre Nintendo gracias a que se rodeó de compañías de software. y admitiré que eso se produjo en el pasado. Sin embargo, los tiempos han cambiado y ya no es una carrera por ver cuántas compañías de software inútiles tienes a tu lado.

Hiroshi Yamauchi
La sombra que se vislumbra sobre la sucesora de 3DS es que también parece que el apoyo japonés (que ni de lejos está al nivel de DS) podría venirse abajo. La salida de muchas compañías niponas del mercado tradicional consolero y el tremendo auge que están teniendo los smartphones allí (aún más grande que en el resto del mundo) podrían afectar muy seriamente al que es el último bastión de Nintendo. Compañías como Square-Enix o Konami lo han visto claro. Y nombres que al jugador tradicional no le suenan a nada, como Tencent o GungHo, se están convirtiendo en dueñas y señoras de la industria japonesa.

Sin duda, el lanzamiento del nuevo sistema, se produzca cuando se produzca, va a ser una época muy interesante.

Riesgos y posibles cambios
Es francamente difícil predecir donde estará una compañía dedicada a la tecnología en 5 años. Pero Nintendo se encuentra en riesgo de perder sus principales mercados, su sustento: los jugadores dedicados le han dado la espalda (después de que lo hiciera primero con Wii) y el segmento portátil está desapareciendo de forma inexorable.

Muchos me dirán que exagero, que es imposible que Nintendo, con su liquidez y capacidad económica, pueda verse en una situación comprometida. Pero seguro que HTC y Rim (actual Blackberry) no opinan lo mismo. La primera dominó durante los primeros años de Android y ahora se ha visto reducida a una posición testimonial...y Rim, quién sabe lo que podría pasar con Rim. Lo mismo la venden a precio de saldo al primero que pase. El mundo de la tecnología evoluciona tan rápido que el triunfador de hoy puede ser el que presenta suspensión de pagos apenas unos años más tarde.

Está claro que infinidad de cosas van a tener que cambiar en Nintendo: qué cosas lo tendrán que decidir ellos. Pero queda la duda de que sean capaces, en una compañía incapaz de montar una infraestructura online en condiciones o de crear un sistema de cuentas como resulta estándar en cualquier tienda online.



Pese a todo, Wii U cuenta ya con unas cuántas joyas, como 3D World, Pikmin 3 o The Wonderful 101. ¿Ocupará el puesto de Game Cube en la memoria colectiva de los incondicionales de la compañía?.

Nintendo es una empresa con una cultura empresarial prehistórica, ajena al funcionamiento del resto de corporaciones, un fósil en el siglo XXI que vive de unas marcas y personajes con un poder solo comparable al de Disney; eso lo sabe cualquiera. Y al que lo dude le recomiendo consultar este extensísimo artículo (casi un ensayo) de investigación de Emily Rogers sobre la historia de Game Cube, que ofrece un impresionante cuadro acerca del funcionamiento y modo de pensar de los responsables de la empresa, repleto de citas y frases textuales de gente como Yamauchi, Miyamoto e Iwata que nos ayudan a entender el brete en el que ahora se encuentran metidos. Hablamos de una empresa que por sistema desprecia todas las tendencias que no ha instaurado ella misma, y que 17 años después de Nintendo 64, sigue teniendo unas relaciones muy peculiares con las demás compañías del sector.

La posición de Nintendo es que vamos a vender nuestro hardware con nuestros juegos. Y cuando los consumidores hayan comprado suficientes Game Cubes, serán las licenciatarias las que se acerquen a nosotros para trabajar con Game Cube. Así es como funciona el negocio de Nintendo. Así que no nos estamos aproximando a ellas [las terceras compañías] para pedirles que hagan juegos para Game Cube. (...). Si quieren hacerlos, está bien, pero nunca les demandaremos que hagan juegos para Game Cube

Hiroshi Imanishi, segundo al mando en la época de Yamauchi
¿Podrá este dinosaurio darse la vuelta? ¿Con qué accesorio loco nos sorprenderán la próxima vez? ¿Convergerá su hardware en un único sistema, tal y como apuntan los rumores?. Quién sabe. Pero lo que está claro es que esta industria no se puede permitir el prescindir de Nintendo y de sus juegos. En mi opinión, la solución más necesaria, e inmediata, es que entre sangre nueva a la empresa, gente joven que ofrezca una visión tradicional, y a la vez renovada de lo que supone Nintendo. Eso me parece más necesario que cualquier cambio en el modelo de negocio (que llegarán con el tiempo, lo quieran o no). Gente que salga de su aislamiento y mire más allá de su burbuja, que sea capaz de sintetizar la realidad y lo que da éxito a los demás, aportando por supuesto aquello de lo que solo ellos son capaces: juegos sin parangón.

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