
Donde por unos pocos pesos podíamos jugar por un tiempo determinado a las partidas que pudiésemos jugar hasta que se termine el tiempo.
En ese local habían varias maquinas de Realidad Virtual, 3 o 4 eran para jugar de a uno, poniéndose en al piel de un robot, o manejando un robot por dentro para pelear en una suerte de coliseo contra otros robots. Y unas 4 maquinas que eran para jugar a un simulador de aviones de la primera Guerra mundial, atacándose entre los cuatro, ganando el último sobreviviente.
Les cuento que las maquinas eran bastante grandes, daban la impresión de ser muy costosas, el casco de VR era pesado, y usábamos unas pecheras que tenían parlantes y una manopla que hacia la suerte de nuestra mano, dando la función de caminar apretando un botón y disparar apretando otro botón.
Los gráficos eran poligonales como marcaba la moda de esos años, la velocidad de respuesta era lenta, pero los premios se lo llevaban los cascos que, una vez superado el tema del peso, quedabas absolutamente inmerso dentro del juego, pudiendo mover la cabeza para dónde quisieras y verías todo lo que te rodea a 365º.
Una sensación única en ese momento y que por hoy sigue siendo difícil de realizar.
Gran mérito para estas primeras máquinas comerciales que lograron difundir, aunque sea en corta medida, el gran mundo de la Realidad Virtual entre el público en general.
Les dejo un video que incluye autos de carrera y aviones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario