23 feb 2010

Reflexiones Retro

Todavía tengo el patente recuerdo de aquellos años dorados donde podíamos pasarnos las tardes entre amigos jugando videojuegos, sin preocuparnos demasiado en otras cosas más que en el nivele en el que estábamos y como podíamos hacer para pasar al próximo.

Cuando nuestra corta edad y nuestra escasez de preocupaciones nos daban esa irresponsabilidad de poder jugar horas y horas sin que nos interese otra cosa. Teniendo ya los ojos en compota y abombados luego de jornadas maratónicas con el Adventure Island II o algún otro juego de Family Game (Nes).

Y hoy en día me siento a pensar en lo difícil y casi imposible que resulta hacer algo parecido, ya no digo lo mismo, peor poder reunirse con amigos a jugar, jugar y jugar sin que nos importe otra cosa más que jugar. Ya que intervienen preocupaciones varias de cada uno (hijos, trabajo, estudios) preconceptos y desconfianzas varias (la pasaré bien? quién va? y después a donde vamos?).


Ya no resulta una salida ir a lo de un amigo a jugar con las consolas, en el mejor de los casos es una previa para otra cosa, pero eso le quita toda la magia de la inmediatez. De jugar por jugar y hasta que uno se aburra o se canse, y no pensando en que se hará después de jugar.

Vivimos tiempos vertiginosos donde todo se hace a las apuradas, sobre la hora y no nos damos tiempo para disfrutar las cosas de la vida que nos hacen felices, como pasar un buen rato con amigos. Si bien puede ser la propuesta de jugar, también puede ser la propuesta de reunirse porque si, y hablar de todo un poco, hablar de la vida, de los videojuegos, de películas o música. Sacarle el cuero al que no está o solo estar cerca de los amigos y los afectos que uno fue haciendo a lo largo de su vida.

Siempre digo "como me gustaría hacer tal o cual cosa" y después me doy cuenta que es tan fácil hacerlo, solo hay que querer. Pero yo solo, si quiero, no lo puedo lograr, necesito de la ayuda y colaboración de todos, ya que una reunión se hace entre varios.

Me encantaría poder revivir esas tardes de juegos en casa o la casa de mis amigos y disfrutar de estar con ellos haciendo una actividad en común, que nos reunió desde que éramos chicos.

Y estoy convencido que es posible si todos queremos.

Los invito a todos que se reúnan con sus amigos a jugar videojuegos, un día y sin que se tengan que preocupar por otra cosa. Es algo que los relajará muchísimo y llenará de buenas energías.

Saludos y que sean felices siempre!

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